Afrontar cada año Perspectivas wellcomm nos ha permitido, o nos ha obligado, a parar en medio del ruido y de la prisa del día a día para reflexionar sobre nuestra profesión. Es duro a veces tener que hacer sitio en la agenda para una tarea más, la de pensar. Es difícil encontrar no sólo el silencio para hacerlo, sino las voces diversas para evitar caer en el ombliguismo. Pero de este ejercicio de reflexión que ha durado 10 años, hemos sacado muchas lecciones, diez de las cuales me gustaría compartir en este epílogo.
1.- La vida 2.0 que nos vendieron en su día como lo más del glamour y la vanguardia no ha sido ni tan vanguardista ni tan glamourosa. Aquel descubrimiento de lo participativo, de lo colaborativo, ha resultado tener fantasmas que invaden nuestros corazones y entran en lo más íntimo y personal de cada uno para vendernos ideas y productos, amores, miedos y odios que -ahora lo vemos- anidaban en nosotros como en generaciones anteriores.
2.- Por definición, el periodismo es una profesión en crisis. El periodista Javier Mayoral, en su libro Periodismo herido busca cicatriz, lo describe bien: “El lamento es la historia del periodismo, ni siquiera el pasado fue mejor”. El periodismo es una profesión tecnomediada y cualquier cambio tecnológico impacta en ella brutalmente. Sin anestesia. De forma inmediata. Y genera crisis continuas en la medida en que la innovación tecnológica no cesa.
3.- La crisis del periodismo es también una crisis de modelo de negocio. Y esto precariza a empresas y profesionales de una forma u otra. Los medios no han sabido cómo ganar dinero con el producto que hacen ni atraer a las nuevas generaciones que no echan de menos la información de calidad tal y como la concebimos quienes conocimos el mundo antes de internet.
4.- Igual que en la crisis de 2008 los ERES salvajes se llevaron por delante a numerosos y reputados profesionales de los medios de comunicación, una próxima crisis hará estallar la burbuja del lado de la comunicación corporativa. Se ha producido un estancamiento de la función del dircom porque no ha sabido liderar la transformación digital de las organizaciones junto con el CEO. ¿Por falta de confianza o preparación? ¿Ha faltado visión y nos ha sobrado comodidad?
5. Las redes envejecen en tiempo récord. Hemos pasado de no saber utilizar Twitter porque veníamos de un paradigma pre-redes, a que los jóvenes tampoco lo usen demasiado para informarse o relacionarse. Pensábamos que eso era el futuro y resulta que no. Sabíamos que las redes iban a cambiar, pero no tan deprisa y menos que nacieran viejas.
"El concepto de talento va cambiando. Conforme se desarrollan las tecnologías, el cerebro evoluciona y se adapta"
6. La importancia de la marca personal ha sido uno de los avances más conscientes de estos años. De la firma de los grandes ‘popes’ del periodismo, hemos pasado a un universo más líquido, con voces diversificadas enfocadas a territorios concretos. Han aparecido no sólo los youtubers o streamers sino los casters que enganchan a miles de jovencísimos suscriptores a sus comentarios, no del partido de la jornada, sino de las partidas de videojuegos protagonizadas por otros, los gamers. Estos son los referentes para los centennials.
7.- El concepto de talento va cambiando. Conforme se desarrollan las tecnologías, el cerebro evoluciona y se adapta. Probablemente ahora tenga 20 años la generación que va a definir y medir ese nuevo concepto de talento menos presencial, más creativo, liberado de los procesos mecánicos que realizan las máquinas, robots o la inteligencia artificial con la que tendremos que aprender a hablar.
8.- El trasvase directo de profesionales de los medios a las consultoras y direcciones de comunicación ya se ha completado y tanto las agencias como los departamentos de comunicación integran cada día nuevos perfiles profesionales (ingenieros, filósofos, analistas, etnógrafos) que ya no van a venir de los medios, y que van a aportar otro valor a lo que hacemos.
9.- La tecnología realmente disruptiva es invisible. Pasó con internet y pasará con blockchain. El agua corriente en las casas era tecnología punta en el siglo XVIII. A ojos de un ciudadano de aquella época, somos unos adictos al agua corriente, al jabón y a la electricidad. No podemos ser viejunos, debemos adaptarnos, abrazar el cambio y dejar de quejarnos.
10.- Las esencias siguen estando vigentes porque son profundamente humanas y arraigan en lo que nos define como personas. Los elementos de la noticia de Warren podrían ser el principio del algoritmo del trending topic. Hoy más que nunca un gran profesional es una gran persona. Los malos, los mediocres, los que hace diez años insultaban en confidenciales, hoy tienen granjas de clicks para difundir posverdades.
La verdad, la transparencia y la reputación, la ética, al fin y al cabo, es la que nos salvará. Y la que nos ayudará a saber cuáles son, realmente, las preguntas correctas para seguir aprendiendo.
Directora de proyectos de wellcomm @_RosaMatias_
